Eliminada de esta forma la oposición, prohibidos los partidos y sindicatos, la única resistencia durante estos años estuvo representada por los maquis (unos 10.000 individuos), guerrillas organizadas y armadas por comunistas y anarquistas, refugiados en las áreas montañosas, con la esperanza puesta en una intervención de las potencias democráticas. La aceptación del régimen franquista por el bloque occidental al iniciarse la década de los 50, puso de manifiesto la inviabilidad de este objetivo y de la propia existencia de la guerrilla.
En el exterior, el gobierno republicano se reorganizó en el exilio mexicano desde 1945, pero su división interna y la falta de contacto con la Península fueron las principales causas de su debilidad
A partir de los años 50 surgirá paulatinamente una oposición interior, de carácter más social que político, que tomará el relevo del maquis y de la propia oposición en el exilio.
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