La dictadura tecnocrática
El aperturismo político que se inició con el tratado de cooperación con EEUU y la admisión de España en la ONU requería cambios ministeriales que Franco emprendió en 1957, cuando se incorporaron los ministros del Opus Dei, Mariano Navarro Rubio y Alberto Ullastres, los llamados “tecnócratas”, jóvenes de formación universitaria, de ideología muy conservadora pero que se presentaban más como técnicos que como políticos. De su mano se reformó la administración pública, buscando mayor eficacia y racionalidad, y se inició el aperturismo económico.
Legislación
Las medidas legislativas oscilaron entre las tímidas reformas y el inmovilismo. Así, en 1958 se aprobó la Ley de Principios del Movimiento y el 1967 la Ley Orgánica del Estado, últimas leyes Fundamentales del franquismo y que corroboraban los principios ideológicos y de funcionamiento del régimen, autodenominado “democracia orgánica”. Por esta última se introdujo en las Cortes el “tercio de familias”: procuradores elegidos directamente por los cabezas de familia a razón de dos por provincia.
Otras normas complementaron la legislación: la Ley de Bases de la Seguridad Social (1963) creó las bases de un sistema asistencial; la Ley de Prensa (1966) aprobada siendo Manuel Fraga ministro de Información y Turismo, eliminó la censura previa aunque los periodistas podían ser condenados por sus opiniones y los periódicos cerrados; la Ley de Libertades Religiosas (1967) reconocía la existencia de otras confesiones religiosas, sin eliminar los privilegios de la Iglesia católica; la Ley de Educación(1970) estableció los tres niveles educativos de la enseñanza primaria o EGB, obligatoria hasta los 14 años; secundaria (BUP) y superior o universitaria. Además, en 1969 D. Juan Carlos fue nombrado sucesor de Franco en virtud de la Ley de Sucesión de 1947. Supuestamente todo quedaba “atado y bien atado” para un futuro sin Franco.
El Tribunal de Orden Público, creado en 1958 en sustitución de los tribunales militares, se encargó de perseguir cualquier disidencia, evidenciando el inmovilismo del régimen.
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