22/4/10

La oposición y el fin del franquismo

A partir de los 60, los movimientos sociales empiezan a contestar al régimen. Los sindicatos clandestinos (CCOO, USO) se infiltran en el sindicalismo vertical para impulsar las reivindicaciones laborales en un contexto de desarrollo industrial. El movimiento estudiantil, donde el PCE y el FLP encontrarán amplio eco, utiliza la misma táctica. En la Iglesia, la doctrina surgida del Concilio Vaticano II lleva a un distanciamiento, primero de las bases (JOC, HOAC) después, incluso de algunos miembros de la jerarquía.
En cuanto a la oposición política, no alcanzaría un importante desarrollo hasta finales de los 60. Desde el nacionalismo (PNV, ETA, CD), el centro-derecha (Ruíz Jiménez, Gil Robles) a la izquierda (PCE, el más activo e importante, PSOE, etc.), todos los grupos confluyen en la Plataforma de Coordinación Democrática (octubre del 75) con el objetivo de romper con el franquismo para recuperar la democracia
El franquismo entraría en crisis en los últimos años del dictador, con la división interna de sus partidarios (aperturistas/inmovilistas), el aumento de la conflictividad política y social y los efectos de la crisis económica internacional. La reacción represora ante cualquier reivindicación de cambio, el aislamiento internacional y la falta de salida a un régimen que no podía sobrevivir sin Franco, marcarán los últimos años de la dictadura.

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