“En España, el que tiene origen noble, toda su descendencia es noble,
por más pobre y vaga que
sea; al contrario, el
labrador y el artesano, por más riquezas que hayan adquirido con su
tráfico o industria, en beneficio y ventajas del Estado, si no nació noble, nunca lo será, si no se
le concede tal privilegio por el rey. De ahí proviene que el mercader y el artesano que llegó a hacerse
rico, se llena de vanidad y abandona el comercio y las artes y procura
aplicar a sus hijos a los
empleos que tienen por honrosos; y no de otra causa nace tanto número de
frailes, abogados, escribanos, procuradores, agentes y otras personas de
sobras”.
Eugenio Larruga, Memorias.
1781
Identificación
Se
trata de un fragmento de las memorias de Larruga, historiador y economista
español del s. XVIII. A finales de siglo, cuando escribió sus memorias,
el despotismo ilustrado se ha impuesto en la monarquía de los Borbones. El
Antiguo Régimen, con su característica sociedad estamental, se mantiene,
como vemos en sus comentarios, con todo vigor
Información aportada por
el documento
El
texto nos facilita la siguiente información sobre la España del A.R.:
- La posición social se basaba, no en el mérito personal,
sino en la posición familiar, teniendo esta posición, por tanto, carácter
hereditario, como es característico de la sociedad estamental, de
origen medieval, propia del A.R.
- Este sistema social mantiene al país apartado del progreso
económico, pues las personas más trabajadoras y meritorias procuran
que sus hijos ejerzan trabajos “honrosos” que les permitan aspirar a una
mejor posición social, y no a actividades comerciales o industriales
- Para el autor, la valía de las personas debe medirse por sus
méritos y por el beneficio de su actividad para el Estado; es, por tanto,
un ilustrado
Explicación y Contexto
El documento no lleva a explicar la organización social propia del
Antiguo Régimen: la sociedad estamental:
“La sociedad del A. R. era estamental,
basada en la existencia de unos privilegios reservados a los estamentos
nobiliario y eclesiástico respecto al Tercer Estado. Dichos privilegios eran de
carácter jurídico (distintos códigos, tribunales y penas), administrativo (se
les reservan los más importantes cargos y funciones), social (tratamiento,
preferencias de protocolo) y económico (exención de impuestos y asignación de
rentas), además de todos los beneficios derivados del poder jurisdiccional
cedido por el rey. Los no privilegiados, también llamados pecheros por
ser quienes pagaban impuestos, son los campesinos quienes forman el grueso de
la población. En las ciudades, los artesanos, superaban numéricamente a la
burguesía mercantil y profesional”.
Pero
también debemos hablar de la confianza en el progreso que caracterizó al reformismo
ilustrado, y que llevó a la minoría ilustrada, apoyada en muchos casos por los
reyes, a reivindicar el valor del trabajo. Por eso mismo, la Ordenanza de
honorabilidad de todos los oficios
(1783) buscaba atraer a la nobleza al ejercicio de la industria y el comercio.
Su escaso éxito explicará, en parte, el posterior retraso en la
industrialización española, concentrada además en aquellos territorios que
contaban con una burguesía emprendedora, como sucedía en Cataluña.
1 comentario:
Muy buen contenido, de mucha ayuda y muy buena redacción, muchísimas gracias.
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